El establecimiento original se encontraba en el número 149 de la calle Fuencarral, conviviendo con la cabrería de Manuel Iravedra y la taberna de Ramón Ortiz, lo que da idea de lo heterogéneo que era el comercio madrileño en las calles de principios del siglo pasado. En 1916 se amplió la actividad de la tienda a taller de confecciones y azules de Vergara. De hecho, el negocio adoptó ya en este año la denominación Azules de Vergara que ha llegado hasta nuestros días. Como “azules de Vergara” se conocía al característico y recio tejido azul, indicado para trabajos pesados, que solían vestir obreros y pescadores, que fue ampliamente producido en la localidad guipuzcoana de Vergara, de la que tomó el nombre, y que derivaría más tarde en el ya clásico mono azul de trabajo. Para afirmar la versatilidad y resistencia de las confecciones de Azules de Vergara sus anuncios en la prensa de 1919 ya la proclamaban como la “Primera casa en trajes para mecánicos y combinaciones motoristas”. Hoy en día este negocio continúa a cargo de Javier Martín Manso, la última generación de la saga familiar que se hizo cargo del establecimiento en la segunda mitad del siglo XX.