Burela
Situado en una zona bulliciosa, casi contiguo a los juzgados de Plaza de Castilla. Fue fundado hace más de veinte años por Camilo Paredes, un lucense que venía bregado de otros restaurantes como Rianxo y otros templos madrileños del marisco gallego.
Nada más sentare a la mesa aparecen unos mejillones escabechados acompañados de buenas patatas fritas a la inglesa.
...Entre las entradas destacan el reconfortante caldo gallego y la empanada - también gallega- de masa fina que se elabora cada día con distinto relleno. Son muy buenas las almejas a la marinera aunque quizá merecerían un menor punto de cocción, pero la salsa es de las de toma pan y moja (mención especial merece el buen pan que sirven en esta casa). Además sirven un buen pulpo a feira y unos pimientos de Padrón bien fritos.
El marisco es fresco, sabroso y solo le sobra medio minuto menos de cocción, pero están perfectos para el gusto local. Son estupendos los camarones, al igual que los percebes que, pese a ser pequeños, llegan recién cocidos y plenos de sabor. El centollo es de los que se recuerdan, lleno, carnoso y sabrosísimo.
Actualmente estamos en plena temporada de lamprea que goza de gran predicamento entre los buenos parroquianos que aquí acuden a disfrutar de este prehistórico manjar que se sirve en forma de civet al estilo de Arbó, acompañado de arroz blanco, pan frito y cebollitas francesas. También es recomendable el rodaballo a la gallega con una buena ajada. Al igual que en los anteriores, este no es un sitio para carnívoros, pero en la carta hay alguna que otra carne roja (chuleta o solomillo) e incluso unas chuletillas de cordero.
La carta de vinos no es muy extensa, pero se sale del sota, caballo y rey y se pueden encontrar opciones como un Guitian fermentado en barrica o un Viña Mein con algunos años.
Reseña de Rogelio Enriquez. Presidente de la Academia Madrileña de Gastronomía
lunes cerrado martes a sábado de 13:30 a 16:30 y de 20:30 a 00:00 domingo de 13:30 a 16:30
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