El vidrio de Murano es un arte milenario que se originó en Venecia y que se caracteriza por sus colores vibrantes y sus formas variadas. Cada pieza de vidrio es una obra de arte en sí misma, que refleja la luz y el movimiento. Allí aprendo y practico cada día nuevas técnicas y trucos para moldear el vidrio y darles forma a mis joyas. Me inspiro en la naturaleza, en las flores, en los animales, en las estaciones del año. También me inspiro en mis emociones, en mis sueños, en mis recuerdos. Cada joya que hago tiene un significado especial para mí y para quien la lleva. Me siento muy afortunada de poder dedicarme a lo que me gusta y de poder compartir mi arte con el mundo. El vidrio de Murano es más que un material, es una forma de expresión, de belleza, de magia. Es mi pasión y mi vida.

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