En 1885 traslada su residencia a Madrid y en 1899 abre un taller de broncista en la calle Molino de Viento del barrio de Malasaña. El taller cambiaría su ubicación en la primera década del siglo XX a un local con dos huecos del número 15 de la cercana calle de Casto Plasencia. En 1922 se solicita una nueva licencia por cambio de nombre del titular del negocio, ya que el taller pasa a manos del hijo del artesano, José María Navarro Parrondo. Éste, a principios de la década de 1940, traslada su industria desde Casto Plasencia a la cercana calle de la Madera debido a la destrucción del edificio provocada por una bomba durante la Guerra Civil que demolió por completo la edificación. En 1974 toma el relevo José María Navarro Cotillo, hijo del anterior, que continuó con el oficio familiar durante 18 años, hasta que cedió las riendas del establecimiento a su hijo, José María Navarro Hernando, propietario desde 1992 del taller y dedicado a trabajos de niquelado y bronce artístico como estatuas, lámparas, letras, portafotos y cruces. Este fino artesano ha visto recompensado su buen hacer obteniendo reconocimientos por sus obras de restauración y de fabricación de reproducciones de piezas de bronce para los museos Municipal y Romántico de Madrid.