REPORTAJE BY ASOCIACIÓN DE LIBRERÍAS DE MADRID: CON NERVIOS Y PASIÓN; ASÍ PREPARAN OCHO LIBRERÍAS MADRILEÑAS SU "PRIMERA VEZ" EN LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID
23/05/2024
Cada año, nuevas librerías se suman a la experiencia única que significa participar en la Feria del Libro de Madrid compartiendo y celebrando su pasión por los libros. Va más allá de la venta. Es una gran oportunidad para llegar a una audiencia más amplia. Por la experiencia de otras compañeras que comparten sabios consejos, saben que la Feria es un escaparate para darse a conocer y conectar también con otros agentes del sector del libro. Pero, hasta vivir el encuentro con los primeros lectores que se acercan a la caseta, imperan los nervios y la incertidumbre.
Olavide Bar de Libros, La Independiente, Vino a por letras (Getafe), Nocturna Libros (Alcorcón), La Anónima, Peripecias, Vualá y Los pequeños seres son las ocho librerías que, a estas alturas del año, no pueden ocultar su emoción y nerviosismo ante la nueva experiencia. A un mes vista, quien más y quien menos ya habrá escenificado la primera subida de persiana en una de las 359 casetas que ocuparán el Paseo de Coches de El Retiro, del 31 de mayo al 16 de junio.
«¿Expectativas? Muchas. ¿Ansiedades? También», confiesa Daniel Ulanosky, de Olavide Bar de Libros. Este librero, que está a punto de celebrar el segundo aniversario de la apertura de su negocio, en pleno barrio de Chamberí, se plantea como un desafío dar respuestas a distintos públicos. «Un librero —quizás sea utópico, pero no nos resignamos— siempre quiere tener lo que la gente busca», asegura. Aunque este año se estrene como feriante, ya intuye que «en la Feria se conjuga un público bibliófilo con otro que la percibe como una actividad entre lo social y lo cultural». Y, sobre todo, no quiere defraudar a nadie. Por ello pondrá especial cuidado al llenar las cajas de libros que trasladará hasta El Retiro, combinando novedades editoriales con propuestas más exclusivas. Parece jugar con ventaja al evidenciar que lleva la lección aprendida: «la selección es clave, pero generar un vínculo de tú a tú, también».
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Bendita mentoría librera
La energía positiva y los consejos de otras colegas más veteranas, están siendo fundamentales para enfrentar este enorme desafío con confianza, y para que, finalmente, cale la idea de que «se sobrevive, se disfruta y se aprende mucho» cuando se trata de la Feria.
La dirección de la Asociación de Librerías de Madrid —entidad organizadora de la Feria del Libro de Madrid— suele convocar anualmente a las librerías debutantes para resolver todo tipo de dudas y reducir así las lógicas dosis de incertidumbre. Aparte de las ocho librerías que se encontrarán por primera vez con los lectores en El Retiro el próximo día 31 de mayo, acudieron a la cita otras cinco librerías —Serendipias, Girasol, Pérgamo, La Imprenta y Dykinson—, que actuaron en calidad de mentoras compartiendo su experiencia.
Gracias a los consejos de Luis Tigeras, de Dykinson, ninguna de las primerizas olvidará una regleta para cargar los móviles del personal, tras varias horas atendiendo en la caseta, ni el socorrido plástico para tapar los libros expuestos cuando la lluvia haga acto de presencia, cualquiera de los 17 días de Feria. Y ya saben que no todas las estanterías caben en una caseta de 4 metros de ancho, como advierte Elena Martínez de Serendipias, librera con cuatro ferias ya a sus espaldas, y que ha descubierto la belleza del networking librero gracias a ellas.
La experiencia de Laura Rodríguez Sayd, librera de Girasol (Santo Domingo, Algete) es más reciente. Se estrenó en la pasada edición; y, de cara a la próxima, aconseja «dosificar fuerzas, que se cuiden mucho, que intenten ser muy ordenados y que aprovechen esta oportunidad para darse a conocer».
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La FLMadrid, una sociedad ideal en miniatura
En esa misma línea se pronuncia Miguel Ángel Vázquez, poeta y librero de La Imprenta: «la recomendación que les daría a quienes empiezan es que, más allá de las ventas, aprovechen la Feria para ser la librería que les gustaría ser; para lanzar el mensaje al mundo que les gustaría lanzar a desde su espacio librero».
El balance del encuentro fue muy positivo. En palabras de Ulanosky, «nos fuimos más seguros. Como dijo una compañera con más experiencia: “Chicos, no se asusten. Es posible”».
Y sirvió también para demostrar que en este oficio, la competencia abre paso a la colaboración, y que ayudar suma: «estamos ahí para echarnos una mano. Y, en ese sentido, todo lo que nosotros pudimos aprender —porque estas cosas se aprenden haciendo—, fue una maravilla poderlas compartir con el resto de librerías», asegura Pablo Cerezo, de la Librería Pérgamo, que este año vivirá también su segunda experiencia. Vázquez, por su parte, se refiere a la Feria del Libro de Madrid como «una suerte de sociedad ideal en miniatura en la que las libreras y los libreros cooperan entre sí, se ayudan, y donde podemos jugar en igualdad de condiciones con otros espacios mucho más grandes que las librerías independientes».Pero también esperan pasárselo bien. Esa fue la experiencia de Cerezo el año pasado. Silvia López, de Vino a por letras, librería radicada en Getafe, ya se imagina «compartiendo tiempo y conversaciones con editoras, autoras e incluso otras libreras que vendrán a nuestra caseta desde otros puntos del país».
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Enfrentando la emoción de lo nuevo, las librerías que participan por primera vez en la Feria del Libro de Madrid están preparadas para sumergirse en esta experiencia única. Con el apoyo de sus colegas más experimentadas, y el entusiasmo por conectar con lectores apasionados, están listas para dejar su huella en uno de los eventos culturales literarios más esperado a nivel mundial. Y ocurre en Madrid.